Al buscar joyas, es posible que te hayas encontrado con diversos términos. Pero cuando se trata de oro macizo, chapado o relleno, ¿cuál es la diferencia? ¿Cuál tiene más valor y cómo distinguirlos?
Vamos a analizar cada uno en detalle y darte algunas claves para identificarlos. Empecemos con una visión general de sus principales diferencias.
¿Cuál es la diferencia entre oro macizo, oro relleno y oro chapado?
De forma sencilla, la diferencia entre ellos es:
- Oro macizo: es oro en toda su masa, desde la superficie hasta el interior.
- Oro relleno: presenta una capa exterior de oro y un núcleo interior, generalmente de latón.
- Oro chapado: consiste en una capa muy fina de oro aplicada mediante un proceso de recubrimiento, con una capa intermedia de níquel utilizada para unir el oro con otros metales.
Más adelante entraremos en detalles, pero esta es la base. Cada tipo tiene ventajas e inconvenientes, la mayoría relacionados con su precio y durabilidad.
Oro macizo
Oro macizo significa que toda la pieza está hecha de oro. No hay capas ni rellenos: es oro en todo el volumen (con una pequeña excepción que veremos más adelante).
No sorprende que sea el más valioso y, por lo general, también el más caro, ya que contiene más cantidad de oro.
Dicho esto, el valor del oro depende en gran medida de los quilates (o quilates, fuera de EE. UU.).
Los quilates indican la pureza del oro. En la fabricación de joyas, es habitual añadir otros metales para reducir costes y mejorar la dureza. Estas aleaciones están completamente mezcladas, así que no encontrarás un núcleo metálico diferente si una pieza es de oro macizo.
Guía rápida sobre los quilates
Como regla general, a mayor número de quilates, más elevado es el valor y precio de la pieza, dado que el oro es un metal precioso.
Tomemos como ejemplo un anillo: el número de quilates indica qué porcentaje es oro puro y qué proporción pertenece a otros metales. La equivalencia es la siguiente:
- 24 quilates : 100 % oro
- 22 quilates: 91,6 % oro
- 18 quilates: 75 % oro
- 14 quilates: 50 % oro
- 9 quilates: 37,5 % oro
Los quilates altos presentan ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, un anillo de oro de 24k será más valioso y puede tener sentido si planeas conservarlo como recuerdo familiar o revenderlo en el futuro.
Sin embargo, cuanto más puro es el oro, más fácil es que se raye o deforme.
Por eso, si se trata de una joya especial que usarás solo ocasionalmente, puede no ser problema. Pero para una pieza como una alianza que usas a diario, conviene optar por un quilataje más bajo, ya que será más resistente al uso cotidiano: lavar platos, trabajar todo el día, etc.
Sello de pureza
Mira si hay un sello en la parte interior del anillo: las piezas de oro macizo suelen incorporar una marca para indicar su pureza. Es bastante fácil de entender. Simplemente elimina un cero del número del sello, y obtendrás el porcentaje de oro.
Por ejemplo, si pone 375, se trata de un 37,5 % de oro. Es bastante sencillo.
Algunos países utilizan métodos de marcado distintos, lo que puede generar confusión, pero un profesional de la joyería podrá ayudarte a interpretar su significado. Puedes acudir a un joyero local si lo deseas.
Como norma general, si no hay sello visible y no puedes confirmar que es oro macizo, lo mejor es no asumir riesgos y no comprar la pieza.
Oro relleno
Las joyas de oro relleno tienen una capa exterior de oro y un núcleo metálico en el interior, normalmente de latón. Aunque su apariencia es atractiva, no alcanzan el mismo valor que el oro macizo.
También conocido como “oro laminado” o “oro montado”, el oro relleno se fabrica de forma diferente al oro chapado.
En este caso, el oro se adhiere al latón mediante presión y calor, lo que da lugar a una joya resistente y adecuada para el uso diario, sin requerir tantos cuidados como las de oro puro.
Para que una pieza pueda considerarse “oro relleno”, debe contener al menos un 5 % de oro. Algunas piezas tienen una capa más gruesa y duradera, mientras que otras presentan una más delgada y menos resistente al paso del tiempo.
Una de sus principales ventajas es que requiere poco mantenimiento comparado con el oro macizo, y además es más accesible.
Muchos aficionados a la joyería lo eligen para experimentar con técnicas de trabajo en metal, ya que presenta una superficie adecuada. Como inconveniente, si en algún momento decides venderla, su valor de reventa será menor y la cantidad de oro puede ser reducida.
Oro chapado
Por último, está el oro chapado.
Este tipo de joyería se fabrica mediante un proceso llamado “galvanoplastia” o “electrochapado”, que consta de tres capas:
- Capa base: suele ser de latón o cobre
- Capa intermedia: níquel
- Capa superior: chapado en oro
Las tres capas se combinan creando un acabado uniforme y estético. El oro chapado contiene la menor cantidad de oro, con una capa superficial muy fina que puede desgastarse o rayarse con facilidad, dejando a la vista el metal base.
Otra desventaja es su escaso valor de reventa debido a esa baja proporción de oro. Por tanto, no se recomienda pagar un precio elevado por piezas chapadas.
Por el lado positivo, el chapado en oro es más económico, y es una buena opción para joyas llamativas o de estilo temporal que puedan combinarse y sustituirse según tu estilo evoluciona. Como este tipo de piezas más atrevidas pueden pasar de moda rápidamente, algunas personas prefieren invertir menos en ellas eligiendo versiones chapadas.
¿Cuál es la mejor opción: oro macizo, relleno o chapado?
Desde el punto de vista del valor, el oro macizo es una opción sólida: es atemporal y adecuado para transmitir de generación en generación.
Dicho esto, el valor sentimental no se mide en quilates. Si ya tienes alguna pieza rellena o chapada que aprecias, no hay nada incorrecto en ello.
Pero si deseas hacer una inversión a largo plazo, el oro macizo es lo más recomendable. Solo hay que tener en cuenta que, cuanto mayor sea el quilate, más difícil será conservarlo en perfecto estado, sobre todo si planeas usarlo con frecuencia. Cuidar bien las joyas es una inversión de tiempo que puede compensar.
Si lo que buscas es una pieza de declaración, como pendientes llamativos o una pulsera especial, esto no debería suponer un gran problema, ya que no se usarán todos los días.
¿Cómo distinguir entre ellos?
No siempre es fácil diferenciar entre una pieza de oro macizo, relleno o chapado. Una forma bastante clara pero poco recomendable es cortar la joya para observar las capas, algo que seguramente no quieras hacer si ya te gusta la pieza.
Los técnicos pueden determinarlo mediante pruebas electrónicas o con ácido (no se aconsejan estos métodos en casa). Existen también otros tests: por ejemplo, nosotros usamos rayos X para verificar los quilates del oro en cada pieza.
Las marcas de lujo suelen emplear oro macizo, pero siempre es recomendable informarse antes de comprar artículos de diseñadores de gama alta.
Reflexiones finales al comprar oro
Buscar joyas de calidad en línea puede ser placentero: no hay nada como hacerlo desde casa. Pero tanto si compras oro por Internet como en tienda, conocer las diferencias entre oro macizo, relleno y chapado te será muy útil.
Además, si compras para otra persona, el oro auténtico tiene menos probabilidades de causar irritación en pieles sensibles, algo importante a tener en cuenta.
Si bien el oro macizo suele ser más caro, el oro vintage puede resultar más accesible, y encontrar un anillo, collar o pulsera ya usados y con carácter puede ser una forma especial de conectar con una pieza única.